Creciendo En Amistad Con Dios
Cuando
hablamos de relaciones humanas y decimos que conocemos a una persona a niveles muy personales y con
tratos de confianza, respeto y familiaridad mutua, podemos decir que en tal
relación existe la amistad. El sabio Salomón
decía: “El hombre que tiene amigo tiene que mostrarse amigo; y amigo hay más
unido que un hermano.” Proverbio 18:24, RVR
En
un nivel espiritual, todos necesitamos conocer más a Dios y cultivar nuestra
amistad con El para no ser solamente sus conocidos sino sus amigos. El deseo de muchos es que sus relaciones con
Dios o con su prójimo crezcan hacia una amistad genuina con raíces profundas de
sinceridad, confianza, respeto y familiaridad.
Uno
de los beneficios de la amistad es que el buen amigo busca siempre el bien para
sus amigos; y eso es lo que precisamente Juan el Bautista quería para sus
discípulos. (Lea San Juan 1:35-37) Juan quería que sus discípulos conocieran a
Jesús y desarrollaran una amistad con El. El sabio Salomón decía: “El bálsamo y
el perfume alegran el corazón; los consejos del amigo alegran el Alma.” Prov. 27:9, RVC
¿Cómo
califica usted su amistad con aquellos que llama amigos? En términos
espirituales, ¿Cuál sería el mejor consejo que usted les podría dar a sus
amigos? Una de de las respuestas más obvias sería que busquen conocer a
Jesucristo.
Juan
el Bautista presentó a Jesús a sus discípulos como el Hijo de Dios, el Cristo y
el Cordero de Dios; y así dio comienzo la relación de sus discípulos con
Jesús. El Evangelio de San Juan 1:35-42
habla de dos discípulos de Juan el Bautista que decidieron seguir a Jesús,
Andrés era uno de ellos. Cuando Jesús
les preguntó ‘¿Qué buscáis? Ellos dijeron: Rabí (que traducido es, maestro), ¿A
dónde moras? Les dijo, venid y ved.’
De
este texto podemos rescatar las siguientes observaciones: a.- Los discípulos
tenían un conocimiento limitado de Jesús y le llamaron maestro, b.- Ellos querían iniciar una relación de
maestro – discípulos en un ambiente familiar, es decir, el lugar donde habitaba
Jesús, c.- Jesús les llevó a donde el
moraba y les reveló sus enseñanzas, d.- Bastó un solo encuentro con Jesús para
que la opinión de Andrés, acerca de Jesús, cambiara drásticamente; en el
versículo 41 dice que Andrés halló primero a su hermano Simón, y le dijo: ‘Hemos hallado el Mesías (que traducido
es, El Cristo)’; Es decir, la opinión de
Andrés, acerca de Jesús, cambió de considerarlo el maestros de enseñanzas
divinas, a el Cristo prometido por Dios a Israel. Esto sucedió cuando los
discípulos aceptaron la invitación de Jesús: ‘Venid y Ved’.
Jesús
tiene esta misma invitación abierta para todo aquel que quiera conocerle; la
invitación ‘Venid y Ved’ es un llamado a conocerle más allá de una relación de
maestro; es un llamado a conocerle como el Mesías, Redentor, e Hijo de Dios.
Un
tiempo más tarde, llegó el momento en que Jesús calificó su relación con sus
discípulos como una relación de amistad, con la salvedad que sus discípulos
debían vivir conforme sus enseñanzas.
Jesús dijo a sus discípulos, “vosotros sois mis amigos, si hacéis cuanto
yo os mando”, San Juan 15:14.RVR.
Así
que, podemos afirmar que es posible desarrollar una amistad con Dios Padre,
Hijo y Espíritu Santo, considerando que existen algunos requisitos por cumplir.
Algunos
de esos requisitos para tener una amistad con Dios es cumplir sus mandamientos;
y para conocer sus mandamientos, debemos dedicar tiempo para estudiar su Palabra,
las Santas Escrituras. También, debemos dedicar tiempo para hablar con Dios en
oración y meditación en su Palabra, y poner
en práctica sus mandatos en las acciones de la vida diaria con aquellos que nos
relacionamos. Estos son solamente unos
de los hábitos espirituales que debemos desarrollar para crecer en una amistad
con Dios y que a su vez, nos ayudará a ser mejores amigos con nuestro prójimo.