Cuando combatido por la adversidad
Creas ya perdida tu felicidad,
Mira lo que el cielo para ti guardó,
Cuenta las riquezas que el Señor te dio.
Mira lo que el cielo para ti guardó,
Cuenta las riquezas que el Señor te dio.
CORO:
¡Bendiciones, cuántas tienes ya!
Bendiciones, Dios te manda más;
Bendiciones, te sorprenderás
Cuando veas lo que Dios por ti hará…
Bendiciones, Dios te manda más;
Bendiciones, te sorprenderás
Cuando veas lo que Dios por ti hará…
Este himno fue uno de los más de
5,000 himnos escritos por el ministro ordenado de la Iglesia Metodista
Episcopal Johnson Oatman, Jr. (1956-1922) y nos invita a reflexionar en las
muchas bendiciones que hemos recibido aun cuando nos encontremos en momentos de
pruebas.
El Profeta Jeremías escribió en el libro
de Lamentaciones poemas de lamentación por la destrucción de Jerusalén tras
haber sido conquistada por Nabucodonosor.
La situación de
Jerusalén era muy grave que cualquiera que amaba la ciudad y a sus habitantes podía experimentar dolor y
sufrimiento extremo. Jeremías describía
su sufrimiento como estar en una cárcel en total oscuridad, siendo víctima de
torturas; Enfermo con enfermedad de muerte; en peligro de muerte como cuando se
enfrenta ante un oso o león hambriento y que sus llamados de socorro no eran
escuchados por nadie; fue objeto de burla constante hasta el punto que perdió
su paz, sus fuerzas y la esperanza de encontrar el bien.
Que terrible
experiencia! Jeremías meditaba en su corazón pensando en ¿cómo era posible que
pudiera estar en pie ante todas aquellas adversidades? La misma pregunta nos hacemos hoy día. Son tan difíciles las situaciones presentes, para
muchos denosotros, que de no ser por la bondad y la misericordia de Dios no podríamos estar en
pie.
Otra pregunta que
surge ante las tragedias de la humanidad es: ¿Por qué razón algunas personas
procuran el mal para su prójimo? La respuesta está muy dentro de sus corazones: sus
malos deseos y sus malos pensamientos les lleva hacer el mal. Ante esa realidad, también existe
una gran verdad absoluta: Nuestro Dios en un Dios misericordioso.
Este es el
testimonio de Jeremías y que también es el de muchos: “Por la misericordia de Jehová
no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas
son cada mañana; grande es tu fidelidad. Mi porción es
Jehová, dijo mi alma; por tanto, en él esperaré.” Lamentaciones 3:22-24
Dios es misericordioso, El siente compasión por los que sufren y ofrece su ayuda
y perdón aquellos que buscan. Así lo
describe el apóstol Pablo:
“Pero
Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun
estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por
gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos
hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en
los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con
nosotros en Cristo Jesús. Porque por gracia sois salvos por medio de la
fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que
nadie se gloríe.” Efesios 2:4-9
Dios no solamente
es misericordioso sino que también es fiel a sus promesas. Así que hagamos una decisión intencional y en
fe de creer y esperar en las misericordias y la fidelidad de Dios.
El llamado de Dios para nosotros es que seamos misericordiosos como El lo es: “Sed, pues,
misericordioso, como también vuestro Padre en misericordioso.” Lucas 6:36
Ante las
situaciones adversas a su alrededor, ¿Qué rol está usted jugando?, ¿Es usted el
causante del sufrimiento y la miseria de otros? O ¿Es usted el que muestra su misericordia
y es fiel a sus promesas de buena voluntad para aquellos cercanos a usted?
Les invito a que hagamos
nuestras las palabras del profeta Jeremías: “Escudriñemos nuestros caminos,
y busquemos, y volvámonos a Jehová; Levantemos nuestros corazones y manos a
Dios en los cielos;” Lamentaciones 3:
40-41; y recordemos que Sus misericordias son nuevas cada mañana y Su fidelidad
es grande.